FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO
Y ERA NUEVA
Este año he tardado un poco en felicitaros el año. No ha sido un año habitual, y no tenía claro qué quería escribir, hay tantos puntos de vista para dirigirse a la época que estamos viviendo, pero me gustaría tocar lo que para mí es lo más esencial. Esta es una época histórica, en la cual agradezco enormemente estar viva y ser parte de ella. El mundo está bajo un cambio sin precedentes, los principios bajo los que nuestra cultura se ha regido en los últimos siglos han sido estirados hasta que ya no dan más de si, no se pueden mantener como bases correctas, éticas, ni científicas para la evolución del ser humano y su supervivencia. Bajo mi perspectiva estamos en medio de una guerra del siglo 21, dónde en vez de armas se usa exclusivamente el terrorismo y la manipulación mental. Es una guerra de creencias. De ideologías. Pero como sabemos las creencias no tienen que ser verdad para que uno se las crea y cree en consecuencia a ellas.
Esta corrupta y engañosa línea de comportamiento del establishment está asentada sobre unas cuantas creencias, que forman la base de nuestro sistema de creencias a nivel colectivo y que son erróneas, mentiras, se ha manipulado la información a voluntad y se han enseñado como verdades académicas.
Las bases de nuestra economía, sanidad y educación van en contra de la supervivencia de la especie. Están basadas sobre dogmas científicos que nunca han sido probados, como la teoría de la evolución de Darwin, o la teoría de la infección de Pasteur, la materia es lo único que existe de Newton, o el valor del ser humano según los principios de la evolución deben ser medidos por sus posesiones materiales, según Adam Smith. Nos puede parecer que esto es anecdótico, que es irrelevante hasta cierto punto el que estas teorías sean erróneas, pero lo que está pasando ahora en el mundo tiene todo que ver con esas teorías asentadas como verdades irrefutables. Estamos en un paradigma de ideas que observadas desde una visión científica y holística se caen por su propio peso. Todas ellas aseguran que el hombre no es más que materia que se ha unido al azar y formado este ser inconsciente, egoísta, competitivo, sin moral ni ética, movido por el miedo a todos los frentes violentos, visibles e invisibles, a los que la vida le expone constantemente, y preparado a defenderse de forma agresiva antes que sensata y compasiva. Y puede que en apariencia para un gran número de personas sea así ya que lo que creemos crea nuestra experiencia, y la vibración del miedo y el estrés es la que la gran mayoría práctica.
Los científicos que se han centrado en entender la vida y cómo funciona, no han tenido en cuenta la materia desde hace más de 40 años, se centran en entender la energía, y al entender la energía comprendes la materia. En el último siglo han probado que el ser humano es energético en esencia, que está vinculado a su entorno e influye en él. Que las células crean aquello que necesitan por sí sólas y se van adaptando según lo que el entorno les pide. Las bacterias y los virus no invaden el sistema desde fuera, se originan dentro de los tejidos enfermos con el propósito de limpiarlos. Se ha probado que no existe la observación objetiva, porque afectamos aquello que observamos, y todo cambia constantemente e inmediatamente, por lo tanto no hay ningún aparato ni test médico que pueda tener valor alguno por sí sólo. La materia es energía condensada, los cambios en los tejidos son el resultado de cambios energéticos y no pueden ser rectificados por intervenciones a nivel tisular. Se ha demostrado que el ser humano no sólo está conectado energéticamente a otros seres humanos también a todo lo demás. Todo, las fuerzas cósmicas y las terrestres afectan a la vida en la tierra y a la estructura humana. Nuestra vibración afecta a nuestra experiencia y a nuestro entorno. La infección por contacto físico no es correcta, lo que afecta a una comunidad son las sintonías vibratorias, conflictos que pueden estar afectando a un grupo de gente que está sintonizado a una misma vibración, que están viviendo una situación de una manera determinada.
El Dr. Ryke Hamer probó que toda enfermedad es una expresión de un estado energético/emocional de desequilibrio, él descifró el lenguaje biológico, y asoció los conflictos emocionales con las enfermedades acertando en el 100% de los casos, esto no es una teoría, se convierte en una ley biológica. Es decir lo que afecta a la materia, al comportamiento de los genes, a la expresión de la fisiología, es un estado vibratorio no algo material, el cual nosotros percibimos en emoción y pensamiento.
Sabemos que lo que más influye en nuestro campo toroidal, (que es el campo energético que procede de ti y vuelve a colapsarse en ti, y proviene de la energía que tú emanas), es el estado de nuestras emociones, de nuestro sentir interno. Obviamente las emociones que contribuyen a su estabilidad y armonía son la paz, la tranquilidad, la quietud, la felicidad, la satisfacción, la gratitud, este es nuestro estado natural. Cuando estamos en estos estados, esta primera piel electromagnética es una barrera energética que atrae hacia sí experiencias que resuenen con esa vibración, y las que no resuenen con ella quedan fuera de nuestra percepción, de nuestra experiencia. Cuando por el contrario estamos envueltos en estados de miedo, nerviosismo, inquietud, desconfianza, rencor, envidia, juicio, esta es la vibración que emana esa bola energética que nos rodea, y por tanto es la señal a la que está sintonizada. Este estado de incoherencia debilita enormemente nuestro sistema inmunológico, nuestra vibración, ya que es un estado alterado del ser. El estado de estrés está diseñado para momentos cortos y específicos. El momento en que hay un peligro inmediato y concreto, un encuentro con un león, un accidente, un atraco, pero una vez que el episodio se acaba, y suele ser corto e intenso, el estado de estrés deja de ser necesario.
Si sabemos que la infección es una teoría errónea, y sabemos que nuestro estado emocional y mental son los que crean nuestro estado de salud entonces no es difícil ver que todo lo que hoy se ha montado en el mundo es o una mentira perpetrada por hombres muy malos, o una mentira que se han creído hombres muy necios, en todo caso o estamos gobernados por malos o necios. Yo personalmente prefiero no ser guiada ni por uno ni por otro, me guío por lo que me dice mi corazón y mi sentido común. Y es esto lo que en este momento tan crucial e importante en la evolución del ser humano nos están pidiendo. Es momento de revisar creencia por creencia que hemos dado por hecho, hemos aceptado como verdad y no la hemos comprobado. Se nos está pidiendo que conectemos con el corazón, y que todo lo que sea incoherente y que no nos siente bien, vaya en contra del sentido común, de la ética, de la libertad del individuo para expresarse como es, sea revisado. En ciertos casos serán creencias base, que tendrán que ver quizá con ideologías heredadas las cuales te han dicho que definen quién eres. A veces estas creencias pasadas de generación en generación forman tan poderosamente parte de la propia identidad que cuesta separarse de ellas, pero debemos recordar que somos mucho más que nuestras creencias. Nuestras creencias no definen quienes somos, definen sobre qué estamos enfocados, y cómo percibimos nuestro entorno, pero no son Quienes Somos. El Ser Humano es Energía, y el potencial de la energía es infinito.
Por eso esto es una guerra basada en las creencias, si la gente consigue romper las cadenas invisibles de las creencias que les mantienen en miedo y esclavizados, todo el paradigma cambia, pero para cambiar globalmente primero el cambio tiene que ser individual, por eso la libertad individual es esencial, y prioritaria. En Diciembre entramos oficialmente en la Era de Acuario, estamos ahora en le punto 0. Llevábamos 200 años en la Era de Piscis que estuvo marcada por el materialismo, el consumismo y el control. Con esta nueva energía de aire acuariana se nos abre una nueva ventana que apoya la innovación en nuevas tecnologías, la unión, la paz, la integridad, la cooperación, la confianza, donde la inconsciencia colectiva está preparada para hacerse consciente, sacar a la luz las mentiras e instituciones a las que les falta integridad, y darle el poder a la gente. Por eso es muy importante trabajar con las creencias inconscientes, traerlas a la luz y cambiarlas, para poder asentar las bases para una nueva etapa dorada en integridad y unión.
Ejercicio:
Todas las noches al meterte en la cama, pregúntate esto:
1- Han cambiado en algo mis creencias hoy? y si es así, ¿en qué?
2- He aprendido algo nuevo hoy sobre mis creencias?
Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.