La mayoría de nosotros sabemos lo que nos pasa. Sabemos qué es lo que nos ha afectado, nos ha dañado, se nos ha quedado enquistado, pero no sabemos qué hacer, cómo arreglarlo, cómo sanarlo. La solución no está en la mente consciente; por mucho que razones el comportamiento de alguien o algo que te haya hecho daño, lo justifiques, entiendas y respetes, ese algo te seguirá causando dolor hasta que su efecto emocional haya sido también liberado.
Esto es tan difícil de hacer porque lo intentamos hacer desde la mente. En los últimos 50 años los psicólogos y psiquiatras han trabajado sobre el consciente para corregir los dolores del “alma” y no ha funcionado demasiado bien. Esto es porque la mente consciente sólo rige el 10% de nuestra vida. El 90% restante es regido por el subconsciente, y este no obedece a la mente consciente.
Primero es bueno entender que la programación a la que el subconsciente obedece se instaló en los primeros 7 años de vida. Hasta esta edad la mente consciente no entra en funcionamiento. Desde que nace el bebé empieza a grabar y programar su subconsciente con mensajes que recibe de su entorno, de las personas que le rodean, de la forma que tienen ellas de actuar, de su cultura, de su ambiente, la alimentación, etc. toda su experiencia.
Esta programación suele estar enfocada a educar al niño para que obedezca, suelen ser mensajes debilitantes; no eres bueno, no te lo merece, deberías avergonzarte, si no haces…, si no dices… El niño suele revelarse porque él no se rige por las normas de su cultura, él quiere explorar, experimentar, sentir, ser libre, pero tanto en el colegio como en casa se le suele doblegar para que actúe según las reglas y formas de pensamiento establecido, y no según la personalidad y preferencias del niño. El sentimiento de no valgo, no soy apropiado, no soy amado, y diferentes variantes de éstos es generalizado. El subconsciente es programado entonces para actuar según estas pautas, y lo hace durante el 90% del tiempo, y lo peor es que no nos damos cuenta de que estamos actuando en modo piloto automático ¿Cuántas veces te has encontrado en sitios donde te ha llevado el coche sólo, o hecho cosas que normalmente haces sin percatarte de cómo las has hecho? Cuando dejamos de estar totalmente presentes es cuando el piloto automático salta, y podemos funcionar tan bien bajo su guía que no nos damos cuenta de que lo estamos haciendo, ¡y después nos preguntamos por qué estamos mal!.
Cuando nos preocupamos, nos estresamos, le damos vueltas a las cosas, nos quejamos y criticamos, en todos esos momentos no estamos presentes. ¿Cuándo estamos presentes, entonces? Cuando estamos contentos, disfrutando, interesados, concentrados en algo enriquecedor, ahí el subconsciente deja paso a la mente consciente, aquí estamos aprendiendo cosas nuevas, creando, creciendo. Dice el Dr. Bruce Lipton que cuando nos enamoramos mantenemos este estado; en esa época nos sentimos vitales, felices, fuertes, saludables, con toda la energía del mundo, podemos hacer el amor durante días, y tener una vitalidad enorme. No te quieres perder un momento del día, estás constantemente presente. Él lo llama el “efecto de la luna de miel”. Pero este efecto no dura. Y tampoco ocurre que nos podamos enamorar a demanda. Pero sí podemos vivir más en ese estado si nos lo proponemos.
Lo primero que podemos hacer es reprogramar el subconsciente para que cuando salte al piloto automático funcione de manera beneficiosa para nuestra salud mental, emocional y física. Sólo hay tres maneras en las que podemos hacer esto:
1- La repetición; el crear nuevos hábitos a través de la repetición.
2- La hipnosis; el reprogramar la mente implantando nuevas experiencias y órdenes.
3- A través de la sanación energética, también llamada energía psicológica; En esta categoría es dónde cae el Código de la Emoción.
El Código de la Emoción es una forma de sanación energética como lo es EFT, The Work, Ho´ponopono, y tantas otras, la diferencia está en que en la gran mayoría de métodos de sanación energética es necesaria la repetición, en el Código de la Emoción se liberan los bloqueos energéticos, que llamamos Emociones Atrapadas, una sola vez y para siempre. Todo trauma o mal-funcionamiento emocional, físico o mental se compone de capas de estos bloqueos emocionales que se han ido creando a lo largo de la vida, y podremos volver a atrapar Emociones Atrapadas por otras cosas dolorosas o traumáticas que puedan pasar a consecuencia de la vida, pero las EA liberadas son liberadas de forma muy rápida, fácil y permanente. Estas Emociones Atrapadas son emociones que en un momento dado nos han afectado mucho y no pudimos compartir y/o expresar, se quedan entonces enquistadas y producen bloqueos que nos provocan todo tipo de dolencias; debilitan nuestro sistema inmunológico, deterioran los tejidos de los órganos donde se encuentran ubicadas, crean depresión, ansiedad, ataques de pánico, miedos, también crean dolores y todo tipo de enfermedades. El 95% de todas nuestras dolencias tienen una base emocional. Este método, descubierto por el Dr. Bladley Nelson, es considerado el método de sanación energética más potente que existe gracias al descubrimiento del Muro de Corazón.
El HeartMaths Insitute, lleva estudiando el campo magnético del corazón desde los años 70, y han descubierto que el corazón influye mucho más y manda muchas más ordenes al cerebro que lo contrario. El problema es que como hemos dado por hecho que es el cerebro el que toma las decisiones, manda las ordenes y corrige los problemas entonces toda la responsabilidad ha recaído sobre él y la mente consciente. Otra vez usamos al cerebro como si poseyese la solución a los problemas cuando no es así. En HMI han descubierto que el estar presente, es decir lo que el Dr. Lipton llama el “efecto de luna de miel”, y ellos llaman el estado de coherencia, es cuando el campo magnético está en óptimas condiciones, lo que quiere decir que está en modo de crecimiento, al contrario que de defensa y deterioro. La función de este campo es mantener el equilibrio en el cuerpo, también recibir y enviar información telepática de forma inconsciente constantemente.
El descubrimiento del Muro de Corazón tiene mucho que ver con esto, ya que este muro influye directamente sobre nuestro campo electromagnético, sobre cómo nos encontramos de conectados a los demás, nuestra capacidad para dar y recibir en las relaciones, nuestra conexión con nuestro guía interno, con nuestra seguridad interna, nuestra capacidad para estar en paz y oír a la intuición. El Muro de Corazón es una protección que el subconsciente crea para protegernos en un momento en el que nuestro corazón podía romperse por el dolor. En el momento en el que se crea es beneficioso, pero como todas las defensas son buenas puntualmente, después hay que bajarlas, liberarlas, porque se convierten en límites para nuestro crecimiento y felicidad.
Este muro está creado por capas compuestas de Emociones Atrapadas, que se van añadiendo a la EA original que lo creó, y para deshacer el muro hay que ir identificando y liberando emoción por emoción. Esto lo hacemos conectando con el subconsciente a través de la kinesología, porque el subconsciente además de contener la programación, también sabe cómo y cuándo se creó cada bloqueo, y qué desequilibrio concreto están afectando.
El Código de la Emoción en particular es, para mí, el más rápido y efectivo de la sanación energética. Junto con Psych–K, son los únicos que primero acceden al subconsciente para obtener información sobre qué está ocurriendo, y después lo desprograman en menos de un minuto. Y estos dos métodos usados como complemento son ideales, ya que con el Código primero desprogramamos, y después con el Psych-K se puede implantar nueva programación. A veces esto es necesario, pero otras veces al liberar la programación antigua, y quitar el Muro de Corazón, es suficiente para que la vida cambie de forma positiva. Esto es porque el estado de “luna de miel” o de “coherencia” está presente más a menudo, y desde este estado es el corazón el que dirige las decisiones, las actitudes, las respuestas, vuelve a tomar el puesto que le corresponde, y la mente el suyo, que es acordarse de cómo te llamas tú los demás, dónde vives…, cuadrar agendas, acordarse de las contraseñas, etc. Pero deja ya de intentar solucionar problemas o tomar decisiones que corresponden al corazón que posee información que no es consciente, y que recibe de forma telepática de su entorno; la intuición. Cuando el que tiene la capacidad para mandar es el que manda todo va mucho mejor.
Estela Davila
Sanación Energética