“Es momento ahora, por todo lo que sabemos y por el momento histórico que estamos viviendo, de tomar responsabilidad sobre nuestra reacción emocional, sobre lo que dejamos que nuestras células sientan, porque no sólo nos afecta a nosotros sino que nuestro estado emocional se mezcla con nuestro entorno y cocreamos las experiencias conjuntas de la sociedad. Si sentimos miedo, si sentimos resentimiento, venganza, odio, temor, esto es lo que estamos activando en nuestro entorno, en nuestra familia, en nuestro grupo de amigos, en nuestra comunidad, en nuestra ciudad, en el planeta.”
Ávara. El Mundo Muerto – página 300
-REFLEXIÓN
La ansiedad y los ataques de pánico sobrevienen cuando no estás en el momento presente, son miedos adquiridos del pasado proyectados en el futuro. Normalmente nos ponemos en estado de ansiedad o estrés en momentos en los que deberíamos estar serenos. ¿Sabías que el estado de ansiedad o estrés te hace más tonto?
Esta es la explicación; cuando estamos en estado de relajación, el cuerpo está en estado de nutrición y crecimiento, la sangre fluye hacia todos los órganos internos, el sistema inmunológico está activado, el cerebro está bien oxigenado y regado, en definitiva es el estado en que nos deberíamos encontrar habitualmente. Cuando entramos en estado de estrés, es decir de alerta, el sistema entra en flight or fight mode, en modo de ataque o huida. Este mecanismo es el que salta cuando un inminente peligro nos asalta, el riego sanguíneo manda toda la sangre hacia las extremidades para que eche a correr o se prepare para pelear, el sistema inmunológico se cierra, y la nutrición a los órganos que no son necesarios para la acción física inmediata es suspendida. Este mecanismo está pensado para momentos puntuales y cortos, el ataque de un animal, un peligro inminente hacia un ser querido, etc., pero en nuestra sociedad y forma de vida el estrés es un estado muy habitual y generalizado, hay gente que se pasa meses, incluso años bajo tremendo estrés diario. No hay ni que decir que esto claramente afecta a la salud.
Estamos condicionados en nuestro mundo a tener una emoción en respuesta determinada a algo concreto. Y estamos entrenados a generar estados emocionales en respuesta a lo que vemos y oímos, a tener una reacción emocional hacia algo que percibimos externamente. No se nos ha enseñado que podemos elegir nuestro enfoque, que incluso podemos elegir la respuesta emocional que vamos a tener con respecto a algo, incluso si se da por sentado que ese algo genera una emoción automática, como al ver un acto de violencia o injusticia sentir rechazo, por ejemplo, o miedo, o ira. Estos estados automáticamente cierran el sistema inmunológico, que es lo que nos mantiene sanos naturalmente. Para ilustrar los devastadores efectos que tiene el sentir estas emociones que no apoyan la vida[i] voy a citar a Dr. Bruce Lipton, es un poco largo pero merece la pena:
“Por ejemplo, el temor que fue propagado en Estados Unidos desde el 11/9 ha tenido un efecto profundamente destructivo sobre la salud de los ciudadanos. Cada vez que el gobierno hace públicos sus temores sobre más ataques terroristas, el miedo por sí solo hace que las hormonas de estrés paren nuestra biología y adquieran el estado de protección.
Desde el ataque al World Trade Center, la salud del país ha caído en picado y los beneficios de la industria farmacéutica se han disparado (con un aumento de un 100% en menos de cinco años)
Nuestro sistema de códigos de colores para alertar contra los ataques terroristas también ha sido responsable de otras serias consecuencias. En un estado de miedo, las hormonas de estrés cambian el sentido del flujo sanguíneo del cerebro. Bajo circunstancias normales, situaciones saludable, la sangre en el cerebro se concentra preferentemente en la parte delantera, dónde reside el control consciente. Sin embargo, en estrés, los vasos sanguíneos de la parte frontal del cerebro se constriñen, forzando la sangre a la parte de atrás, dónde se ubica el centro del control reflejo del subconsciente. Simplemente, en el modo miedo nos volvemos más reactivos y menos inteligentes.”[ii]
Es tanto lo que se puede argumentar y nombrar sobre los nefastos efectos de la ansiedad y el estrés sobre el ser humano que daría para todo un libro, sin embargo el que hablemos sobre ello, y que dé muchas pruebas sobre lo malo que es no va a hacer que la ansiedad pare, todo lo contrario, seguiría activando y fortaleciendo este estado, al añadir y reforzar una preocupación más a la lista… esta es la clave para parar el estrés, dejar de darle vueltas a eso a lo que le estás dando vueltas, y en sus nefastos efectos deberías encontrar la inspiración para hacer algo al respecto.
Para ayudarte a hacer esto, además de la práctica de redirigir el pensamiento y centrarlo en algo que nos siente bien, que nos siente mejor, es muy necesario encontrar una verdad interna, una conexión con ese yo dentro de ti que siempre ha estado ahí, y que cada vez oyes menos. Una verdad interna sobre unos mismo, un sueño, un propósito, un objetivo, algo a lo que puedas recurrir cuando parece que vas a perder la cabeza. Tu Verdad, es importante conectar con ella, da una fuerza inmensa.
-EJERCICIOS
Para salir de un estado de ser de verdad tienes que querer salir de ahí. Parece que está claro que deseas dejar de sentir ansiedad, pero si no estás dispuesto a “hacer” algo al respecto, como practicar esto ejercicios, o dirigir los pensamientos hacia unos más placenteros, debes preguntarte si de verdad estás dispuesto a hacer lo que sea para cambiar, y si no es así, pregúntate ¿por qué no? Algo te vendrá, y entonces podrás hacer algo al respecto. El primer paso para cambiar es ser consciente de eso que hay que cambiar.
1- De respiración
La respiración juega un papel primordial en la ansiedad. Cuanto más corta y superficial sea más ansiedad creará, la respiración más beneficiosa es la abdominal.
– Practica esto: Pon una mano en tu pecho y otra sobre tu tripa. Empieza a inhalar despacio por la nariz y empieza primero a hinchar la tripa, y después el pecho. Al exhalar hazlo por la boca, también de forma pausada, e intenta primero dejar salir el aire del pecho y después el del abdomen.Presta atención a cómo tu pecho y tu abdomen suben y bajan según inhalas y exhalas.
Usa este vídeo para sincronizar tu respiración
Diferentes ejercicios de respiración que puedes practicar.
- Durante los siguientes 60 segundos respira por la nariz prestando atención a la temperatura del aire. Ahora, durante los siguientes 60 segundos respira por la boca. Escribe la diferencia que has notado.
- Sientate con la espalda recta, deja caer la cabeza hacia delante y empieza a girarla hacia la izquierda, de forma tan lenta que el giro debe durar 60 segundos. Al terminar repite lo mismo hacia la derecha.
- Caminando y respirando profundamente, vete contando las respiraciones, empieza del 10 hacia atrás hasta el 1, después del 1 hasta el 10, del 10 al 1, y así todo el tiempo que necesites.
- Meditar es verdaderamente lo mejor que podemos hacer para todo. Esto simplemente consiste en dirigir la mente hacia pensamientos que no nos afecten, como contar las respiraciones, centrar la mente en un sonido que estés escuchando, y dejar pasar todo pensamiento que provoque alguna reacción interna. El centrar el pensamiento en la respiración, contar las respiraciones, notar el aire que entra por la nariz, la temperatura que tiene, etc. es muy practico para darle algo que hacer a la mente, esto es más fácil que acallarla totalmente, tarea casi imposible.
2- Bostezar y estirar bazos y piernas-
El bostezo y los estiramientos es la forma más rápida para relajarse. Los bebés ya bostezan en el vientre materno, y los animales lo usan para mostrar y transmitir tranquilidad y relajación. Simplemente provoca el bostezo simulándolo una y otra vez hasta que salga uno de verdad, y sigue bostezando de unas 5 o 10 veces.
3- Correr-
Corre hacia un lado durante 60 segundos, para, corre hacia el otro 60 segundo, para, y repite todas las veces que quieras.
4- Obligar a la mente a enfocarse en todo lo que va bien, y en forma general, siempre que vayamos a lo general y nos salgamos de lo específico será más fácil suavizar el estado de malestar. Por ejemplo, si estamos en estado de ansiedad, el ir directamente a intentar sentir un estado de paz interno es casi imposible, la diferencia de vibración entre ambas emociones es muy grande. Lo que hacemos es concentrarnos en lo general; “esto ha pasado más veces y lo he superado, al final todo sale bien en el fondo. Lo mejor que puedo hacer ahora mismo es respirar profundamente por la nariz, y expirar por la boca, cuando mejor me sienta yo, mejor irá todo. Aquello que siento tiene que ver con lo que pienso, escojo pensamientos que me sienten bien, pues así estaré creando ese bienestar en mí, eso es lo que siento…” si consigues recrear este tipo de pensamientos durante un minuto empezarás a atraer otros pensamientos similares fácilmente, entonces tienes que subir un poco más la vibración del pensamiento “Se que todo va a salir bien, confío en mí, en mi fuerza, en mi saber, en mi ser…” y…, mantener, y volver a subir.
5- Dar paseos por la naturaleza, o hacer los ejercicios arriba descritos en medio de la naturaleza, si vives en una ciudad busca un parque y vete todos los días a caminar, sentarte bajo un árbol, poner los pies en la tierra nos conecta mucho con nuestra vibración original . La naturaleza conserva nuestro ritmo natural, el pasar tiempo en ella nos ayuda a regularnos.
-TIP-
1- Para sacar lo máximo de una ponencia, un libro o una clase, algo nuevo es importante que te mantengas en estado relajado, debes estar totalmente tranquilo y alerta mientras absorbes nueva información. Cualquier forma de estrés físico o emocional interrumpe la formación de la memoria, y si la memoria se ve afectada resta habilidad al cerebro para recordar información necesaria.
2- Hay veces que lo que sentimos es emoción, pero estamos tan acostumbrados a sentir estrés que lo confundimos. El estado de emoción, de sentirse muy ilusionado con algo, se puede parecer al estado de ansiedad, pero no tiene nada que ver el uno con el otro. Hay veces que en la semana siguiente a una sesión la persona dice sentir «como ansiedad en la barriga, pero no exactamente, como una ansiedad que no sienta mal». Esto muchas veces es alegría interna innata, o emoción natural, y hace tanto tiempo que la persona no la siente que ha olvidado cómo sienta. Esta siempre es bueno exprimirla, sentirla, regocijarse en ella… estirarla todo lo posible, y acostumbrarse a sentirla a menudo.
[i] Life-affriming and life-denying emotions, Gregg Braden
[ii] Entrevista de Meryl Ann Butler a Bruce Lipton y Gregg Braden, en Awareness Magazine.